A través del cristal de un escaparate, podemos observar una realidad paralela. Los mejores son los que nos hacen sentir que allí hay una trama, que hay movimiento y nos hacen preguntarnos, que ocurrira cuando nos demos la vuelta y dejemos de mirarlos, si la história continuará o seguirán inmobiles, con su actitud impasible. La moda como forma de expresión debe ser el objetivo de un escaparate eso y convertirse en un escenario para deleitarnos.
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